Los fines de semana pueden ser muy divertidos si disfrutamos de la magia de la cocina con nuestros niños. Además de ser un momento de contacto especial con nuestros hijos, éstos pueden aprender muchos conceptos matemáticos experimentando con el peso, la medida del tiempo, las texturas...
Con estas actividades los niños aprenden a ser autónomos y se preparan para la vida adulta.